lunes, 22 de septiembre de 2014

6 - Humo entre las notas

Dos horas es mucho TIEMPO cuando ansias que pasen rápido. Kevin aun dudaba de la veracidad de la situación que acababa de vivir, que pintaba surrealista a su vida sencilla. Volvió al hotel y empezó a rebuscar entre su equipaje ropa adecuada para la ocasión. No se complicó mucho la vida y cogió una camisa blanca que tenía y una chaqueta de corte americano. Se vio preparado para la ocasión, pero aun quedaba más de una hora para el encuentro que tenía preparado, por lo que decidió bajar al bar del hotel a tomarse una copa.
El bar estaba vacío a excepción de una pareja mayor, que rondaría los sesenta años y un hombre de negocios que no paraba de hablar por el móvil a la vez que gesticulaba en exceso. El camarero no tardó en atenderlo con gran amabilidad. Pidió un Bourbon con hielo y casi inmediatamente ya podía empezar a saborearlo. La televisión estaba conectada y en el canal sintonizado aparecía un noticiero. Guerra y deportes. Aquellos eran los temas que trataba. Nunca le había visto sentido a la guerra, más que el egoísmo de una nación sobre los bienes de otra. Vio la televisión mientras se tomaba la copa, la cual le duró casi media hora, acabando algo aguada, pero no le importaba. El sabor del whisky le era agradable y caluroso, que con la temperatura que había era bienvenido.
Miró el reloj y quedaba como media hora para la cita, por lo que decidió salir y así fumarse un cigarro. Pagó la cuenta a aquel amable hombre y le preguntó si podría llevarse uno de los periódicos. Sin rechistar, el hombre le dijo que no existía problema alguno. Kevin puso el periódico bajo su brazo y salió a la puerta. Encendió uno de sus cigarros. Le gustaba fumar, le relajaba y le era agradable la sensación del humo descendiendo por su garganta hasta los pulmones. En la puerta del hotel sonaba un hilo musical. Una canción de Led Zeppelin llamada Kashmir. La canción le parecía de las mejores que jamás había escuchado desde siempre. Las notas que iban sonando se mecían con el viento y pintaban el ambiente más relajado. El humo del tabaco parecía bailar a medida que sonaba.
Cuando el cigarro se consumió vio aparecer por la esquina a Mery. Llevaba un vestido largo azul y una chaqueta encima negra. El vestido era sencillo, que no se excedía en formalidad pero mantenía su elegancia. Llevaba el pelo suelto y le bajaba por los hombros.
Mary observó que ya la estaban esperando y esbozo una pequeña sonrisa que tardó poco en borrarse, como si de una alucinación se tratase. Cuando estaban a un metro el uno del otro, Kevin rompió la tensión saludando a la joven dama, ella avanzó hasta él y le besó la mejilla con la misma calidez que la primera vez. Esa sensación sería imborrable en su memoria.
- Bueno, espero que tengas un sitio pensado para cenar, me muero de hambre - Dijo Mary sonriendo.
- Pues hace tiempo que no vengo, pero posiblemente haya un sitio que esté abierto. No es gran cosa ni es un lujo, pero puede gustarte - Comentó Kevin saliendo del pequeño apuro.
Anduvieron durante veinte minutos hasta un pequeño restaurante familiar. Por el camino ella le preguntó a que se dedicaba. Kevin le dijo que era estudiante de filosofía y estaba preparando su tesis actualmente.
- ¿Filósofo? Creo que me he topado con un loco - Ambos rieron.
- ¿Y tú? ¿A que te dedicas actualmente?
- Trabajo en un negocio de transportes coordinando a los conductores de camiones y dándoles indicaciones. No es muy entretenido, pero saco suficiente sueldo para vivir con tranquilidad.
La cena fue bastante entretenida. Ambos hablaron de sus vidas contando anécdotas. Cosas simples sin indagar en la intimidad de cada uno. Cuando terminaron ambos salieron a dar un paseo hasta la donde Mary se alojaba.
- Bueno, creo que esta es una despedida - Dijo Kevin algo apenado.
- Yo aun estoy de vacaciones durante cinco días más. Ten -Mary sacó de su bolso una tarjeta con su número de telefono- Cuando te apetezca charlar o tomar algo, avisame. Ha sido un placer conocerte Kevin. Hasta la proxima.
Esa vez no hubo beso en la mejilla, fue un abrazo. Dulce, cálido, pero que acababa amargo cuando se separó.
Volvió andando hacia el hotel con tranquilidad fumándose uno de sus últimos cigarros. Las calles estaban vacías y sus pisadas sonaban duras y férreas. Cuando entró al hotel y pasó delante de recepción, la mujer que estaba tras el mostrador le llamó.
- Perdone ¿Es usted Kevin, no?
- Sí, dígame.
- Acaba de recibir una llamada de su hermana, es urgente dice.
- ¿Puedo llamar desde mi habitación?
- Por supuesto.
- Muchas gracias.
Kevin subió con gran velocidad las escaleras y llamó a su hermana. Solo se oían sollozos y entre sus lágrimas, escuchó la palabra "muerto".

(Continuará)

sábado, 20 de septiembre de 2014

Fama sin condecoración

Sinceramente, adoro internet. Vasta fuente de información tanto fiable como engañosa. Y más aun me gustan las redes sociales, ya que son una forma interesante de aprender sobre el comportamiento humano tanto dentro como fuera de la red.
De las cosas que más me han sorprendido de la conducta humana ha sido la fama; gente a la que se le da una importancia especial por razones de talento: música y cine principalmente. También existen famosos que únicamente han participado en la vida social de otra persona famosa y desde ahí han despegado hasta ser figuras llamativas hacia la sociedad.
Pero yo he venido a hablar de la fama de internet, y sobre todo, de la fama en twitter, red social que habito con mucha frecuencia.
Cientos, diría miles incluso, de personas, buscan atención por cientos de medios. Lo curioso es como el ser humano se inclina a ser el centro de atención. ¿Pero lo hacen porque tendemos a ser sociales o porque nuestro ego tiende hasta el infinito?
La respuesta a priori, puede ser dudosa. Cada persona es un mundo, y cada uno tiene sus razones. Desde mi punto de vista, la gente lo hace o por puro egocentrismo, para sentirse importante a causa de carencias en tu vida o simplemente porque te encanta ser el centro del mundo.
Sabiendo que el mundo actual se basa en creer que tú eres el centro de todo, el egocentrismo es la respuesta correcta.
Con esto no digo que todo el mundo sea egocéntrico en internet, pero sí admito que ese problema es fatídico y esta causando un efecto antisocial en la red. El "yo" siempre será más importante que el "vosotros" y la realidad es cruda, amarga y cruel.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Talento y experiencia.

"Tu haces x cosa bien porque tienes talento". En mi vida he escuchado esa frase como miles de veces y todas ellas me ha sonado absurda y vacía.
La envidia adjudicada al talento natural viene desde tiempos inmemoriables: escritores, músicos, guerreros, artistas... Hay cientos de cosas en las que el talento ha ayudado a la potenciación de una aptitud.
Todos tenemos algún talento, pero esto no quiere decir que siempre vayamos a descubrir cual es. Todos hemos conocido a ese chico que en matemáticas sacaba los ejercicios antes que todos, o ese amigo que con poco tiempo de práctica era buen dibujante.
El ejemplo contrario es esa persona que se ha esforzado mil veces mas para llegar a ser como aquellos que tienen talento. Ellos no merecen ni más ni menos respeto y es sencillo el porqué: la gracia de todo ello es que han luchado con más o menos dificultad para alcanzar su objetivo. Todos querríamos ser unos talentosos para lo que nos gusta, pero no tiene por que ser así. Todo esfuerzo tiene recompensa. Así que no infravaloremos a los que no se han esforzado por ser mejores por naturaleza ni supravaloremos a los que han dado todo por algo que quieren. Todos merecen una gran ovación. Y recordad que nadie es un genio de nacimiento ni un inútil para toda su vida.