¿Cuántas veces os habéis cabreado con vosotros mismos? Imagino que incontables son las situaciones donde os ha ocurrido algo así.
Cientos de veces ocurre que a pesar de no irte las cosas mal te sientes vacío y enfadado, como si dentro de tu cuerpo hubiese un ente casi apoderandose de tu energia.
A veces aparecen esos días donde le das vueltas a todo y a nada, donde oyes voces a tu alrededor pero no escuchas nada. Esos vacíos que te crean una impotencia descomunal y agobiante.
Días grises, con olor a humedad pero que carecen de valor de llover, como si les produjese angustia.
Todos necesitamos explotar de vez en cuando y a veces aguantamos mucho y gritamos en el silencio de nuestras cabezas.
Hoy es un día gris.
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