sábado, 8 de febrero de 2014

Óxido de mente.

No soy alguien muy conforme con el ser humano en general a excepción de ciertos aspectos que se me antojan curiosos e interesantes.
Uno de ellos es la imaginación. ¡Cuan poderosa puede ser! ¿Os imagináis no poder imaginar? Sí, es una contradicción en todos los sentidos, pero es interesante de analizar.
La imaginación es el arma más poderosa del hombre. Es más, posiblemente sea el aspecto más importante del ser humano. Ella es objeto utilizable de todos y cada uno de los homo sapiens que existen; desde el más ignorante al humano más inteligente, la imaginación les posee.
Veamos todo esto con ejemplos, que es lo más visual. A un hombre de cualidades mentales notoriamente limitadas le hacemos la pregunta "¿Qué deseas?". Ello le producirá un estado de abstracción no demasiado complejo que le llevará a la respuesta. En el 80% será "ser rico". Hasta ahí ha usado su imaginación. Si indagamos más, veremos que llega a pensar en "¿Qué haría con ese dinero?".
Como se puede ver, todos pueden pensar. El listo, el tonto, el ignorante, el feo... Nadie está falto de ello. Ahora sí. Existe un grave problema y es que no nos dejan entrenar nuestra imaginación. Estamos bajo un mandato estereotipado que intenta que deseemos todos lo mismo.
La imaginación y el pensamiento son nuestras armas más poderosas y nosotros mismos estamos dejando que se oxiden.

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