domingo, 15 de diciembre de 2013

Darkness

En un momento dado despiertas e intentas abrir los ojos, pero estos no perciben ni el más mínimo indicio de luz. Lo primero que piensas es que estás soñando, pero lo sientes todo de forma demasiado real. Sientes como la oscuridad que invade todo el espacio es tan densa que te puede tocar e incluso, si se lo propusiese, podría aplastarte.
Intentas buscar algo con las manos, algo a lo que asirte, no importa el qué. Sabes a la perfección que necesitas salir de esa sala. Lo primero es el cómo. "¿Debería buscar una puerta?" piensas. Crees que la idea no es para nada descabellada, pero recuerdas que has despertado en un lugar totalmente extraño. Quien te dice que no habrán tapiado la puerta. Piensas más alternativas para no perder la semi calma del momento. Piensas en una ventana, la cual queda descartada porque si existiese alguna, al menos un ápice de luz se podría introducir por ella. Piensas en conductos de ventilación e incluso tirar alguna pared medio hueca a patadas.
Cuando ya todas las ideas posibles habidas y por haber se encuentran ya en tu mente, comienzas a tantear como un ciego sin su bastón para encontrar la pared. Tras unos minutos andando en esa oscuridad, te topas con una especie de muro. La pared es lisa, exceptuando algunas grietas que rozas con los dedos. 
Cada vez todo es mas claustrofóbico y empiezas a sentirte aterrorizado de no poder encontrar la salida, de permanecer ahí por siempre. 
Cuando te estas hundiendo, una luz roja tenue se enciende. Miras hacia ella con una mezcla de pánico y curiosidad y hayas una figura sombría. Viste un traje que te parece tan negro como la oscuridad de aquel cubo extraño.
No sabes que hacer, te tiemblan las extremidades, intentas balbucear pero ni si quiera esos músculos te responden. La figura comienza a avanzar en tu dirección. Cuanto más se acerca, mejor puedes contemplar sus rasgos, o mas bien la ausencia de alguno de ellos. Poseía una boca enorme llena de dientes afilados, pero que no escapaban de tener un cierto aire humano. Sus ojos eran totalmente blancos y su nariz algo afilada. Tenía una pequeña coleta echa en su pelo, el cual tenía un color blanco como quemado por lejía. 
Tu seguías temblando como un pobre niño perdido en un bosque sin saber que hacer. Querías huir, poder volver a vivir tu vida, con tus amigos, tu familia, tu pareja, pero no podías. Tu mente y tu alma te advertían del peligro aunque sabía a ciencia exacta que ya nada se podía hacer.
Cuando la figura se encontraba ya a escasos centímetros de tu cara, sonrío y solamente dijo una cosa:
"¿Tienes miedo a la oscuridad?"
Y de pronto, todo se torno negro de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario