Eran las 7 de la tarde en un día de verano. Podemos observar que estamos en una especie chalet de no muy buena calidad, pero bastante acogedor. Tenía un pequeño patio interior, dos pisos, 4 habitaciones, un salón suficientemente grande para albergar dos estanterías, una mesa de comedor, el sofá y la televisión.
Si subimos las escaleras, a mano derecha encontramos una habitación ocupada por una mujer de pelo largo color platino y piel blanca.Ella duerme plácidamente. Si nos introducimos en sus sueños, vemos que en su cabeza se encuentra un lago cercano a la casa y que ella está con un chico de su edad de cabellos morenos y cortos. Están hablando de algo que no parece muy serio y ríen repetidas veces durante la conversación. Ella le escucha con interés y clava sus ojos azules en los de aquél joven de ojos casi negros.
Los dos parecen estar disfrutando. De pronto, la claridad del sol del sueño se desvanece y llega la noche. Ella se asusta y se intenta agarrar a su amigo, pero cuando le mira, se da cuenta que se está desvaneciendo entre cenizas. Todo lo que está en los alrededores del lago comienza a arder y un sentimiento de terror se apodera del corazón de la joven rubia. Ella grita pidiendo ayuda a quien sea: a algún pescador, a la policía, a sus padres, a él.
Cuando la desesperación la posee completamente, ella se despierta y comienza a llorar desconsolada. Ella siempre pensó que la muerte de su amigo fue su culpa. Si ella no se hubiese perdido en el bosque. él no la habría ido a buscar y aquel árbol no le habría aplastado y chamuscado simultáneamente. La culpa era suya.
La joven se viste y sale de casa en dirección al lago. En su cara aun se pueden apreciar rastros de lágrimas caídas. Cuando llega a aquel lugar lleno de recuerdos, saca un bote de somníferos y se toma cerca de 8 o 9. Suficiente para una sobredosis. Comprueba si hay alguien o no. Cuando está segura de que todo está vacío, se desnuda completamente y se mete en el lago y cierra los ojos, pensando que cuando todo acabe, él estará allí para agarrar su mano y volver a sonreír.
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