viernes, 13 de diciembre de 2013

Presión

Tumbado en mi cama, la habitación da vueltas y no alcanzo a comprender el sinsentido de mi mente. Todo es demasiado borroso y nítido simultáneamente y siento un mareo propio de una borrachera. Sería algo lógico si llevase algo de alcohol corriendo por mis venas, pero no no es así.
Siento presión en mis venas y arterias, como si alguien desde dentro de mi piel las estuviera atando con cuerdas y estirando de estas para desgarrarme el alma.
Esa sensación comienza a pasar de mis brazos a mi pecho y continua hacia todas mis demás extremidades: desde mi cabeza a mis pies. Mi estómago se queja del dolor y unas ganas de vomitar se apoderan de mi, pero no me levanto, se que es una falsa sensación, como todas las que he sufrido durante estos minutos.
Cierro los ojos e intento dormir y espero al mañana. Espero a ese mañana en el que todo no sea preocupación absoluta, sino pura nitidez en el camino.

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