Nadie es totalmente perfecto. Se puede rozar la perfección e incluso acariciarla con la yema de los dedos, pero nadie la puede llegar a poseer. Es algo demasiado efímero para atraparlo entre tus brazos. Lo que si puedo afirmar con toda seguridad es que cuando uno está inspirado, realmente abraza esa perfección durante instantes.
Intentadlo. Cuando tengáis esas ideas mágicas en vuestra cabeza, intentad seguir con ellas hacia delante. Si eres músico, compón esa canción, si eres dibujante, realiza ese cuadro, y si eres un simple pensador, dale vueltas a la idea hasta encontrar como hacer realidad ese sueño.
Nadie es perfecto, porque para ser perfecto, debemos ser ideas, dejar nuestros cuerpos atados al mundo imaginario (hablando en términos de Platón) y buscar en nuestra alma esas sensaciones de perfección que nos hacen realmente puros.
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